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Receta de leche de arroz

Tiempo de lectura: 5 minutos

Tabla de contenidos

La leche de arroz casera es una excelente alternativa para aquellos con intolerancia a la lactosa, alergias a la soja o simplemente para aquellos que desean ampliar su repertorio de opciones de leches vegetales. ¿Lo mejor de todo? Puedes prepararla fácilmente desde la comodidad de tu hogar, asegurándote de que cada sorbo esté cargado de frescura y sabor.

En esta guía paso a paso, te mostraremos el proceso de creación de tu propia leche de arroz casera, desde la preparación del arroz hasta el último toque de filtrado. ¡Prepárate para disfrutar de una experiencia culinaria que transformará tu forma de ver las leches vegetales!

¿Cómo preparar leche de arroz casera?

Ingredientes

  • 1 taza de arroz blanco (puedes usar arroz integral para una opción más saludable).
  • 4 tazas de agua (para remojar).
  • 6 tazas de agua (para la mezcla).
  • Opcionales para saborizar: vainilla, canela, endulzante al gusto (miel, azúcar, jarabe de arce, etc.).

Utensilios

  • Licuadora.
  • Colador o tela de quesos.
  • Recipiente grande para colar.
  • Botella o recipiente hermético para almacenar.

Procedimiento

Paso 1: Remojo del arroz

Enjuaga una taza de arroz blanco bajo agua fría para eliminar el exceso de almidón. Coloca el arroz en un recipiente y cúbrelo con 4 tazas de agua. Deja que el arroz remoje durante al menos 4 horas o, preferiblemente, durante la noche para asegurar una absorción adecuada.

Paso 2: Cocinado del arroz

Después del remojo, escurre y enjuaga el arroz. Coloca el arroz en una olla con 6 tazas de agua. Lleva el agua a ebullición y luego reduce el fuego a bajo. Cocina a fuego lento hasta que el arroz esté tierno y haya absorbido la mayor parte del agua, lo cual generalmente toma alrededor de 15-20 minutos.

Paso 3: Mezcla con agua

Permite que el arroz cocido se enfríe a temperatura ambiente. Transfiere el arroz a la licuadora y agrega 3 tazas de agua. Mezcla hasta obtener una mezcla suave y homogénea.

Paso 4: Filtrado de la mezcla

Coloca un colador sobre un recipiente grande o utiliza una tela de quesos para filtrar. Vierte la mezcla de arroz en el colador o la tela para separar la pulpa de la leche. Exprime o presiona la pulpa con una cuchara para extraer la mayor cantidad de líquido posible.

Paso 5: Colado final

Si has utilizado un colador, vierte la leche a través de una gasa o tela de quesos fina para un colado adicional. Agrega vainilla, canela o endulzantes al gusto si lo deseas. Transfiere la leche de arroz casera resultante a una botella o recipiente hermético y refrigérala.

Almacenamiento de la leche de arroz casera

Una vez culminada la preparación de la leche de arroz casera, el paso siguiente crítico es su almacenamiento, un factor clave para preservar su frescura y sabor inigualables.

Cuando guardes esta nutritiva bebida, asegúrate de depositarla en recipientes herméticos. La refrigeración se convierte en su aliada, requiriendo un espacio en el frigorífico con temperaturas que oscilen entre 1 y 4 °C (34-40 °F). Este hábito asegura que la leche de arroz mantenga su calidad durante un período de aproximadamente 4-5 días.

Para aquellos que buscan prolongar la vida útil, la opción de congelación se presenta como una solución práctica. Utiliza bolsas para congelar o contenedores diseñados específicamente para este propósito, teniendo en cuenta dejar suficiente espacio para que la leche se expanda durante el proceso. De esta manera, podrás conservarla en el congelador por un periodo extendido de 2-3 meses.

Cuando llegue el momento de consumirla, el proceso de descongelación se realiza de manera sencilla al dejarla reposar en el refrigerador durante la noche. Un último toque antes de degustar: agita bien la leche de arroz para restaurar su consistencia homogénea. Mantén un control activo sobre los olores que puedan afectarla, eligiendo recipientes que no absorban aromas ajenos que puedan alterar su característico sabor.

Como parte de tu rutina de inspección visual, verifica la leche de arroz casera antes de consumirla para asegurarte de que su color y textura se mantengan consistentes, indicando así su frescura. Para aquellos que hayan experimentado con saborizantes, es importante tener en cuenta que estos pueden intensificarse con el tiempo. Ajusta según tus preferencias antes de disfrutarla.

Conclusión

La leche de arroz casera no solo deleitará tu paladar sino que también se erige como una opción más saludable en comparación con la leche convencional, ya que se presenta como una elección baja en grasas, perfecta para aquellos que buscan una alternativa láctea más liviana sin sacrificar el placer del sabor.

Este elixir dorado se convierte en un componente versátil en la cocina, dispuesto a integrarse en batidos, postres, salsas y sopas. Su sabor neutro la convierte en una adición adaptable a diversas recetas. La leche de arroz se erige como un lienzo en blanco, listo para ser enriquecido con toques de vainilla, canela o miel, según tus preferencias personales. Al tomar el timón del proceso, ejerces control total sobre los ingredientes, evitando aditivos y conservantes presentes en las opciones comerciales.

Este viaje no solo se limita a la cocina; también tiene ramificaciones sostenibles y económicas. Reduces envases y contribuyes a un estilo de vida más amigable con el medio ambiente.

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